¿Deberíamos cambiar nuestra silla de oficina por una «fitball»?

Vanessa Puig Aventín
Técnica Superior en PRL y fisioterapeuta del Departamento de Formación y Sensibilización en PRL de MC MUTUAL

23/06/2023

La protagonista de este artículo es una pelota de grandes dimensiones, con un diámetro desde 35 a 80 cm, ideada en los años 60 por un fabricante de plásticos italiano llamado Aquilino Cosani. Es conocida por distintos nombres, como fitball, balón suizo, Pezzi ball, pelota de Bobath, bola de pilates, pelota terapéutica, etc. En sus orígenes, era utilizada por fisioterapeutas para trabajar el desarrollo neurológico en bebés y niños. Poco a poco su uso se extendió a otras especialidades de la rehabilitación, en el ámbito deportivo e inclusive como utensilio para facilitar el trabajo de parto.

No son pocos los artículos publicados en revistas divulgativas y de entretenimiento que sugieren que deberíamos cambiar nuestra silla de oficina por una fitball. Algunos de los beneficios que se le atribuyen son la mejora de la postura, la prevención del dolor de espalda, la activación circulatoria, el fortalecimiento de los abdominales o la reducción de la celulitis. Sin embargo, en el ámbito laboral no es posible sustituir las sillas de oficina por fitballs sin incumplir la normativa relacionada con la prevención de riesgos laborales. En el Real Decreto 488/1997, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas al trabajo con equipos que incluyen pantallas de visualización, se establece que “el asiento de trabajo deberá ser estable, proporcionando al usuario libertad de movimiento y procurándole una postura confortable. Además, la altura del mismo deberá ser regulable, el respaldo deberá ser reclinable y su altura ajustable”.

BENEFICIOS DE UTILIZAR UNA FITBALL COMO ASIENTO: MUCHAS PREGUNTAS Y ALGUNA RESPUESTA

Para conocer la evidencia existente sobre si el uso de las fitballs como asiento es o no saludable, realizamos una búsqueda en las principales bases de datos y revistas especializadas. Encontramos pocos artículos científicos y, los que encontramos, no proporcionaban una respuesta definitiva, más bien planteaban más preguntas de las que daban respuesta.

A priori, podríamos pensar que sentarse sobre una superficie inestable es sinónimo de sedestación activa, debido a la contracción muscular necesaria para mantener la postura. Sin embargo, en algunos de los estudios analizados no se observan cambios significativos en la activación muscular al sentarse sobre una fitball, comparado con sentarse en una silla de oficina1,2. Tampoco podemos afirmar que aumente el consumo metabólico: según una revisión donde se analizan 57 estudios, consumimos aproximadamente 1,2 kcal/min tanto al estar sentados en una silla como en una pelota de pilates.

Es cierto que la fitball facilita una “buena postura”, si no se quiere perder el equilibrio nos vemos obligados a mantener la pelvis neutra y las curvas fisiológicas de la espalda. Lo que no está tan claro es que esta mejora postural se traduzca en una disminución de las molestias de espalda. El dolor de espalda está más relacionado con el estilo de vida sedentario y con la mala condición física que con la postura que se adopta. Aunque se han descrito algunas experiencias satisfactorias o conozcamos a alguien que nos quiera convencer con el argumento de “a mí me funciona”, en realidad no podemos afirmar que para prevenir las molestias de espalda en la oficina sea recomendable usar una fitball. De hecho, encontramos estudios con resultados contradictorios, incluso algún artículo concluye que el uso prolongado de la pelota terapéutica como asiento provoca dolor lumbar. Por tanto, más allá de su uso en un contexto de rehabilitación, deberíamos ser prudentes en recomendar la sedestación sobre un balón suizo.

RECOMENDACIONES DE USO

Si eres de los que prefieren experimentar las cosas por sí mismo y decides sustituir tu silla por una fitball, ¡no te olvides de la ergonomía!

A diferencia de las sillas de oficina, las fitball no son regulables en altura, más allá del pequeño ajuste que se consigue jugando con la presión de inflado. Por ello, es importante escoger el tamaño adecuado. De manera orientativa, los fabricantes indican el diámetro recomendado en función de la estatura del usuario. Por ejemplo, a una persona de 1,80 de altura le correspondería una pelota de 75 cm y, a una de 1,60, de 55 cm. Si se siguen estas indicaciones, la persona podrá tocar con los pies planos en el suelo, manteniendo las caderas entre 90º y 100º de flexión, pero no se garantiza que pueda apoyar correctamente los antebrazos y evitar así sobrecargas a nivel cervical.

Si la mesa no es regulable en altura, es probable que las personas de mayor estatura no puedan apoyar los antebrazos y las de menor talla lo hagan a expensas de elevar los hombros y flexionar excesivamente los codos. De hecho, la altura de la silla de oficina se debe regular en relación con la mesa, para garantizar un correcto apoyo de los antebrazos con el cuello y los hombros relajados. Además, en el caso de no tocar con los pies en el suelo, se recomienda el uso de reposapiés. Por motivos evidentes de seguridad, el uso de la fitball no es compatible con un reposapiés, lo que dificulta la adaptación ergonómica del puesto de trabajo.

En la imagen observamos que la mesa queda demasiado baja y la trabajadora únicamente puede apoyar las muñecas.

En la ilustración vemos que la mesa queda demasiada alta, no permitiendo un correcto apoyo de los antebrazos. Además, se observa una flexión excesiva de los codos y una elevación de los hombros.

Para evitar la fatiga y el disconfort, es importante hacer una adaptación progresiva o, incluso, reservar la fitball para tareas concretas, como las que no requieran un uso intensivo del teclado.

Por último, no deberíamos perder de vista que, para evitar las consecuencias negativas del sedentarismo, es más importante disminuir el tiempo que pasamos sentados y adoptar un estilo de vida más activo que el asiento que escogemos. Dicho de otra forma, quizás deberíamos seguir utilizando una silla cuando no nos quede otra que sentarnos, pero deberíamos reservar tiempo para jugar a pelota (o practicar el deporte que más nos guste).

Referencias

1. Gregory DE, Dunk NM, Callaghan JP. Stability ball versus office chair: comparison of muscle activation and lumbar spine posture during prolonged sitting. Hum Factors. 2006 Spring;48(1):142-53. doi: 10.1518/001872006776412243. PMID: 16696264. Ver más

2. Ainscough-Potts AM, Morrissey MC, Critchley D. The response of the transverse abdominis and internal oblique muscles to different postures. Man Ther. 2006 Feb;11(1):54-60. doi: 10.1016/j.math.2005.03.007. Epub 2005 Jul 11. PMID: 16009592. Ver más

3. Tudor-Locke C, Schuna JM Jr, Frensham LJ, Proenca M. Changing the way we work: elevating energy expenditure with workstation alternatives . Int J Obes (Lond). 2014 Jun;38(6):755-65. doi: 10.1038/ijo.2013.223. Epub 2013 Nov 28. PMID: 24285335. Ver más

4. Schult TM, Awosika ER, Schmunk SK, Hodgson MJ, Heymach BL, Parker CD. Sitting on stability balls: biomechanics evaluation in a workplace setting . J Occup Environ Hyg. 2013;10(2):55-63. doi: 10.1080/15459624.2012.748324. PMID: 23252582.

5. Merritt LG, Merritt CM. T he gym ball as a chair for the back pain patient: a two case report . J Can Chiropr Assoc. 2007 Mar;51(1):50-5. PMID: 17657291; PMCID: PMC1924654.

6. Buchman-Pearle JM, Karakolis T, Callaghan JP. Does sitting on a stability ball increase fall risk during ergonomic reaching tasks? Appl Ergon. 2022 Jul;102:103721. doi: 10.1016/j.apergo.2022.103721. Epub 2022 Feb 26. PMID: 35231651.

7. Kingma I, van Dieën JH. Static and dynamic postural loadings during computer work in females: Sitting on an office chair versus sitting on an exercise ball . Appl Ergon. 2009 Mar;40(2):199-205. doi: 10.1016/j.apergo.2008.04.004. Epub 2008 May 27. PMID: 18508028.

8. Kingma, I. and van Dieën, J.H. (2009). Static and dynamic postural loadings during computer work in females: Sitting on an office chair versus sitting on an exercise ball. Applied Ergonomics 40:199-205.

9. Gregory DE, Dunk NM, Callaghan JP. Stability ball versus office chair: comparison of muscle activation and lumbar spine posture during prolonged sitting. Hum Factors. 2006 Spring;48(1):142-53. University of Waterloo, Waterloo, Ontario, Canada.

10. McGill SM, Kavcic NS, Harvey E. Sitting on a chair or an exercise ball: various perspectives to guide decision making. Clin Biomech (Bristol, Avon). 2006 May;21(4):353-60. Clinical Biomechanics, Department of Kinesiology, University of Waterloo, Ont., Canada. mcgill@uwaterloo.ca

Fuente: MC MUTUAL