El uso de exoesqueletos para prevenir trastornos musculoesqueléticos (parte II): Implementación en las empresas

Vanessa Puig Aventín
Fisioterapeuta y técnica de PRL en la División de Servicios de Prevención de MC MUTUAL

23/05/2023

Debido a los resultados positivos obtenidos en los estudios de laboratorio, sobre todo en cuanto a esfuerzo físico local (ver El uso de exoesqueletos para prevenir trastornos musculoesqueléticos en el trabajo (parte I): Estado del arte), cada vez son más las empresas que se plantean la adquisición de exoesqueletos. Se recomienda seguir el principio de prudencia, debido a que aún no existen suficientes estudios que valoren la efectividad en situaciones reales de trabajo ni conocemos el impacto sobre la salud a medio y largo plazo. Una buena estrategia es realizar una prueba piloto para evaluar la eficacia, viabilidad y posibles efectos negativos al implantar los exoesqueletos en nuestra empresa. De forma orientativa, a continuación se describen las fases de la prueba piloto y algunos aspectos a tener en cuenta.

FASE 1: TOMA DE DECISIÓN INICIAL

1.1. Análisis de la carga física y búsqueda de medidas preventivas

No hay un sustento legal claro que permita considerar a los exoesqueletos como un equipo de protección individual (EPI). Actualmente están considerados como producto sanitario de clase I (Real Decreto 1591/2009). Lo que sí comparten con los EPI es que su uso debe  considerarse el último recurso, en caso de no haberse podido eliminar el riesgo o limitarlo suficientemente por medios técnicos de protección colectiva o mediante medidas de organización del trabajo.  Al no estar sujetos a normativa específica, su uso por parte de los trabajadores debe ser voluntario y, siguiendo el principio de precaución, reservarse a los individuos sanos.

En esta primera fase se identificarán aquellas tareas con una carga física elevada y se analizarán sus exigencias biomecánicas. Se deberá estudiar si los factores de riesgo ergonómicos presentes se correlacionan con los TME de los trabajadores. Para ello, se deberán recabar los datos epidemiológicos de la empresa en relación con la sintomatología musculoesquelética. Como resultado del trabajo conjunto del área técnica y de salud laboral, se especificarán aquellos factores biomecánicos en que los exoesqueletos podrían ser eficaces como medida de protección individual.

1.2. Búsqueda y elección de un exoesqueleto que se adapte a las necesidades

Los distintos exoesqueletos disponibles en el mercado tienen unas especificaciones concretas y no aportan soluciones generales para disminuir todos los factores de riesgo ergonómicos presentes en la empresa. Se buscará un exoesqueleto específico para el factor biomecánico que queramos corregir. También se deberá tener en cuenta la adecuación del exoesqueleto con el entorno y las condiciones reales de trabajo, y si se prevé que pueda generar nuevos riesgos. 

FASE 2: EVALUACIÓN DEL EXOESQUELETO. PRUEBA PILOTO

2.1. Planificación de la prueba piloto

Para asegurar un clima favorable para el desarrollo de la prueba piloto, es importante contar con la colaboración de todos los agentes implicados:

  • Dirección
  • Área de recursos humanos
  • Representantes de los trabajadores
  • Servicio de prevención (área técnica y sanitaria)
  • Mandos intermedios
  • Trabajadores de los puestos de trabajos susceptibles de utilizar exoesqueletos, etc.

Se definirán los objetivos, el cronograma, los criterios de participación y las herramientas de evaluación.

Objetivos

Aunque el objetivo general sea evaluar la efectividad del exoesqueleto para prevenir TME, es necesario especificar muy bien los criterios que nos permitirán decidir si los resultados obtenidos han sido los esperados. Algunos ejemplos de objetivos específicos son:

  • Disminuir el esfuerzo medio percibido de 5 a 3 en la escala de Borg.
  • Disminuir la fuerza media de los músculos erectores lumbares en un 40%.

Cronograma

Se planificarán todas las tareas y actividades necesarias acotándolas en el tiempo. La duración total de la prueba piloto dependerá de varios factores, entre ellos cuánto tiempo se dispone de los exoesqueletos. En general, la prueba piloto tendrá una duración de 2 a 6 meses.

Criterios de selección de participantes

  • Voluntarios.
  • Con experiencia en el puesto de trabajo.
  • Con una actitud colaboradora, pero que al mismo tiempo tengan capacidad de análisis crítico.
  • Sin patología por TME en la zona diana.
  • Para que la muestra sea representativa, se debe contar con trabajadores de ambos sexos, de todas las franjas de edad, de distintas medidas antropométricas y capacidad física y, en el caso de exoesqueletos de miembro superior, se deberá testar con diestros y zurdos. Se consultará con el proveedor si existen varias tallas o limitaciones de uso dependiendo de las medidas del trabajador.
  • El mínimo recomendado son 10 trabajadores. En puestos de trabajo ocupados por plantillas inferiores a 10, lo ideal sería conseguir una participación próxima al 100% o contar con el percentil 5, 50 y 95 de altura (o del parámetro que se estime crítico).

Criterios y herramientas de evaluación:

Cada tarea se comparará con y sin exoesqueleto y se evaluará:

  • La utilidad y el impacto: Disminución de la carga física y de las molestias habituales, calidad del trabajo, eficiencia en las tareas, consecuencias no deseadas (rozaduras, nuevas molestias musculares, nuevas estrategias de movimiento que trasladan la carga física a otras zonas…), impresiones subjetivas del trabajador, etc.
  • La usabilidad: Facilidad de uso para el trabajador, facilidad de limpieza, desinfección y almacenaje, aceptación social, adecuación al entorno de trabajo (espacio, temperatura, etc.), opinión de los trabajadores, etc.
  • Seguridad: Evaluación de los posibles nuevos riesgos (tiempo de evacuación en caso de emergencia, riesgo por atrapamiento, caída…).

Herramientas de evaluación

  • Entrevistas: Pueden ser formales o informales. Nos permitirán conocer, sobre todo, las impresiones subjetivas de los usuarios.
  • Cuestionarios: Se deben hacer antes, durante y al finalizar la prueba piloto. Se realizarán a medida, pero puede ser de utilidad incluir la escala de esfuerzo percibido de Borg y el Cuestionario Nórdico para la detección y análisis de los síntomas musculoesqueléticos.
  • Observación directa: Análisis temporal del trabajo, evaluación cualitativa, análisis del movimiento, etc.
  • Medición: Si es posible, se objetivarán los resultados con electromiografía, goniometría y medidor de frecuencia cardíaca.
  • Evaluación de riesgos: Se deberá realizar una nueva evaluación para analizar el posible impacto de los exoesqueletos, tanto en los riesgos existentes como en los nuevos riesgos que puedan aparecer.

2.2. Aprendizaje fuera de la situación real de trabajo

El objetivo es familiarizarse con el exoesqueleto antes de probarlo en la situación real de trabajo. Es necesario instruir sobre la forma correcta de ajustar el equipo y asegurarse que se realiza correctamente. En caso de que el exoesqueleto requiera de la regulación del ángulo de movimiento, será importante ajustarlo correctamente, de lo contrario no obtendríamos el efecto buscado.

Para todo ello, deberemos conocer el manual de instrucciones del equipo. También es recomendable contar con el asesoramiento del proveedor y hacer una simulación de las tareas lo más próxima a la situación real.

2.3. Puesta en práctica en situación real de trabajo

De forma progresiva, se irá probando el exoesqueleto en el puesto de trabajo. Inicialmente es recomendable su uso fuera del circuito de producción para poder realizar el aprendizaje sin interferencias ni presiones añadidas. En la etapa final, se deberán comparar jornadas completas de uso y no uso de exoesqueletos, sin olvidar que se debe llevar puesto únicamente en aquellas tareas para las que se ha diseñado. En general, los exoesqueletos no están pensados para un uso continuado durante 8 horas.

FASE 3: TOMA DE DECISIÓN ‘FINAL’

Los resultados obtenidos en la prueba piloto corresponden a los resultados a corto plazo. Nos permitirán tener datos objetivos para decidir si se implantan en los puestos de trabajo estudiados. Se analizará también si los resultados pueden ser extrapolables a puestos de trabajo similares.

Es importante planificar la evaluación a medio y largo plazo y elaborar un protocolo específico de vigilancia de la salud para los usuarios de exoesqueletos.

Los estudios realizados en las empresas son los que nos permitirán responder la pregunta de si los exoesqueletos son el futuro (o presente) de la prevención de los TME, Así que animamos a aquellas empresas que están probando los exoesqueletos a compartir su experiencia y colaborar en la generación de conocimiento.

Referencias

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Real Decreto 773/1997, de 30 de mayo, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la utilización por los trabajadores de equipos de protección individual

Fuente: MC MUTUAL