Estaciones de trabajo «sit-stand» vs sedentarismo

María Pilar Moreno Moreno
Técnica PRL especialista en ergonomía de la División de Servicios de Prevención de MC MUTUAL

23/06/2023

A menudo las empresas, dentro de las estrategias de promoción de la salud, se plantean invertir en los llamados escritorios sit-stand o standing desks, es decir, escritorios que permiten regular la altura del plano para trabajar sentados o de pie. El objetivo final es combatir el sedentarismo de origen laboral, que sin duda repercute directamente en los datos de absentismo, en el presentismo, y en la salud y el bienestar global de los trabajadores.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos el 60% de la población mundial lleva un estilo de vida sedentaria. Si a este dato nada despreciable le añadimos el abanico y la gravedad de las patologías asociadas al sedentarismo, la alarma está absolutamente justificada ya que, por ejemplo, representa el 6 % de las muertes registradas en todo el mundo y es la causa principal del 21 %-25 % de los cánceres de mama y de colon, del 27 % de los casos de diabetes y del 30 % de los de cardiopatía isquémica.

SEDENTARISMO: EL ENEMIGO PÚBLICO QUE PARALIZA Y HACE ENFERMAR

Sin duda los humanos, a consecuencia de nuestro proceso evolutivo, estamos diseñados para el movimiento, y muy especialmente para caminar. Sin embargo, los cambios sociales y tecnológicos de los últimos 200 años han ido reduciendo cada vez más nuestro nivel de actividad, tanto en el entorno laboral como en el doméstico y de ocio. A consecuencia de estas carencias, el sedentarismo ha alcanzado la consideración de problema de salud pública. Los principales cuadros patológicos que se le asocian se describen a continuación en base su fisiopatología:

  • Síndrome metabólico. Consiste en un grupo de trastornos altamente probables que ocurran simultáneamente (resistencia a la insulina, hipertensión arterial, exceso de grasa abdominal, hipercolesterolemia y otras anomalías metabólicas) y que incrementan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes y muerte prematura, si bien la presencia de uno o varios de estos trastornos aumentan el riesgo de desarrollar una enfermedad grave. Es habitual que este síndrome se asocie a obesidad.

  • Trastornos musculoesqueléticos. La falta de actividad física y el sedentarismo favorecen la atrofia muscular y ósea, los cuales son factores de riesgo en sí mismos y que paralelamente pueden verse agravados por la presencia de otros factores, como son los individuales (sexo, edad, formación, etc.) y los ergonómicos (posturas forzadas, exposición a tareas con manipulación de cargas, movimientos repetitivos o aplicación de fuerza). Abarcan desde pequeñas molestias a cuadros de dolor de diversa intensidad que requieren tratamiento médico, y pueden dar como resultado una incapacidad temporal o incluso una discapacidad y la necesidad de dejar de trabajar.

  • Trastornos psicológicos. Son numerosos los estudios que relacionan el sedentarismo con un aumento de sentimientos de baja autoestima, depresión y ansiedad.

A continuación, vamos a dedicar unas líneas a definir dos conceptos parecidos, pero que conviene diferenciar, en relación al sedentarismo:

  • Llamamos sedentaria a una persona cuya actividad física semanal es inferior a 150 minutos.

  • La actividad sedentaria se caracteriza por la inactividad (es decir, mantener posturas prácticamente estáticas, de pie o sentado) durante 4 horas seguidas o más.

Puede que haya quien piense que el sedentarismo le queda lejos gracias a los tres días que va al gimnasio cada semana, a pesar de las ocho horas que pasa en su silla de oficina, mas dos horas en transporte público o privado, mas el tiempo sentado durante las comidas o mas el tiempo de sofá y relax antes de dormir. ¿Alguien (no) se siente identificado? Pues la evidencia muestra que para combatir de manera efectiva los efectos negativos del sedentarismo debemos actuar simultáneamente a dos niveles: por un lado, reduciendo el tiempo que pasamos inactivos y, por otro lado, aumentando los niveles de actividad física moderada a vigorosa.

ESCRITORIOS ELEVABLES: ¿EL ARMA CONTRA EL SEDENTARISMO?

La popularidad de las estaciones de trabajo regulables en altura se ha incrementado hasta tal punto que, si bien inicialmente los fabricantes buscaron a sus clientes en el ámbito laboral, principalmente en oficinas, actualmente también lo venden algunos establecimientos de mobiliario doméstico. Sin olvidar que estos escritorios también se han convertido en un elemento clave y diferenciador en algunas escuelas y centros de estudio que desarrollan innovadores modelos educativos basados en un concepto holístico cuerpo-mente-entorno.

Numerosos artículos destacan las supuestas bondades de trabajar gran parte de la jornada de pie en un escritorio frente a hacerlo “como toda la vida”, es decir, sentado. Destacan, entre otras:

  • El incremento del gasto calórico, lo que favorece el control del peso corporal.

  • La reducción del índice glucémico, que mejora el rendimiento cognitivo y la productividad.

  • La prevención del dolor de espalda.

Sin embargo, la evidencia nos muestra una cara menos optimista del trabajo bajo estas condiciones, ya que favorece la aparición de otros importantes problemas de salud, como por ejemplo la fatiga física y el desarrollo de trastornos circulatorios y musculoesqueléticos (sobrecarga muscular y articular) que repercuten en el bienestar mental.

Esto no debería sorprendernos porque, como ya hemos comentado antes, estar por tiempo prolongado en sedestación o en bipedestación sin desplazamiento son actividades inactivas, valga la redundancia, y por tanto, sedentarias. Así, podemos concluir fehacientemente que la solución a los problemas de salud derivados de trabajar sentado no está en trabajar de pie.

Un enfoque más correcto de los escritorios regulables en altura es su consideración como puestos de trabajo activos en tanto que permitan cambiar de posición de pie/sentado, puesto que así se favorece lo que el cuerpo necesita: movimiento. Incluso algunos estudios proponen incorporar a los escritorios cintas de caminar o pedales.

Los fabricantes de escritorios elevables suelen aportar, junto con sus productos, unas “instrucciones de uso” en las que se establecen una serie de pautas generales en la línea de:

  • Indicación de tareas que es preferible realizar en bipedestación o en sedestación.

  • Recomendaciones ergonómicas para un correcto diseño del puesto cuando se trabaja de pie y sentado.

  • Recomendaciones de frecuencia del cambio de postura y duración del tiempo a permanecer en cada posición.

En cualquier caso, si bien la evidencia de estas pautas está basada en diversas intervenciones que han mostrado resultados positivos, no podemos decir que sean concluyentes, por lo que actualmente son necesarios más estudios que permitan evaluar la relación entre los beneficios en la salud por la reducción del tiempo de inactividad mediante el uso de escritorios regulables en altura.

NUESTRA EXPERIENCIA

Durante unas semanas, mis compañeros y yo misma hemos tenido ocasión de testear dos equipos sit-stand: una estación de trabajo de sobremesa y una mesa, ambas regulables en altura. Cada uno, tras un periodo de prueba de al menos cinco jornadas laborales, ha valorado aspectos como los cambios a nivel de dolor o molestias en diversas partes del cuerpo, cansancio o sensación de fatiga, mantenimiento de la atención y la concentración, la sensación de bienestar y el estado de ánimo general.

Los resultados obtenidos no muestran una tendencia clara: aproximadamente el 50% de las personas valoran de manera positiva o muy positiva su experiencia en relación a todos los aspectos valorados, mientras que el otro 50% muestra cierto disconfort en aspectos de fatiga, capacidad de mantener la atención y la concentración o de bienestar general percibido.

LA OFICINA ACTIVA

La clave del éxito para reducir el sedentarismo en puestos de trabajo inactivos está en implementar estrategias globales que favorezcan el movimiento en los espacios de trabajo. La existencia de estos escritorios elevables puede ser una herramienta que facilite la planificación de una rutina más activa, si bien podemos concluir que no son indispensables si se establece una política bien planificada que fomente la actividad como parte del trabajo.

A continuación, se muestran algunas iniciativas complementarias entre sí:

Campañas de promoción de la actividad física en el trabajo:

  • Programas de acondicionamiento físico en formato de pausas activas durante la jornada laboral que incluyan ejercicios de calentamiento, estiramiento y tonificación. Para fomentar esta actuación es interesante acompañarlo de:
    – 
    Software temporizador en el ordenador que alerte de la necesidad de hacer una pausa activa.
    – Espacio acondicionado cerca del puesto de trabajo para realizar el ejercicio físico.
    – Un profesional (fisioterapeuta o licenciado en educación física) que diseñe y tutorice una pauta de ejercicios generales y específicos para cada colectivo, o personalizada para determinados trabajadores con limitaciones físicas o patología previa.

  • Fomentar las walking meetings o, lo que es lo mismo, conversar y caminar durante las reuniones de trabajo. También aplicable a las llamadas telefónicas cuando los dispositivos son inalámbricos.

  • Siempre que sea posible, comentar los asuntos cara a cara en vez de por correo electrónico

  • Colocar las impresoras lejos de los puestos de trabajo.

  • Animar a usar las escaleras en vez del ascensor y a venir a trabajar en bicicleta o caminando. Si se hace en transporte público, bajarse una parada antes.

MC MUTUAL dispone del recurso online ¡En forma frente al ordenador!, en el que, además de aportar recomendaciones para mejorar la ergonomía del puesto de trabajo de oficina, proporciona información y ejemplos prácticos sobre ejercicios que ayudan a mantenerse en forma frente al ordenador.

Campañas de promoción de la actividad física fuera del trabajo:

  • Gestionar ayudas o precios reducidos en gimnasios e inscripciones en competiciones deportivas.
  • Organizar ligas deportivas, rutas de senderismo, salidas culturales, etc.

Tras pocas semanas de un entrenamiento correctamente pautado, las personas previamente sedentarias pueden mejorar su condición física igual que lo haría un adulto previamente entrenado, aumentar la resistencia aeróbica y disminuir la tensión arterial, el nivel colesterol en sangre y la cantidad de grasa total del cuerpo.

Invertir en medidas que fomenten la actividad física es una medida de prevención laboral que ha demostrado ser rentable. Por eso, es una buena iniciativa que sean las empresas quienes se postulen como agentes y líderes del cambio, en este caso, para mejorar la salud de los trabajadores que desarrollan puestos eminentemente sedentarios.

Referencias

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Ana María Leiva et al. Sedentary lifestyle is associated with metabolic and cardiovascular risk factors independent of physical activity. “Rev. Méd. Chile” [online], vol.145, n.4, pp.458-467. 2017.

Chau, J. Y., McGill, B., Freeman, B., Bonfiglioli, C., & Bauman, A. Overselling Sit-Stand Desks: News Coverage of Workplace Sitting Guidelines. “Health Communication”, 33(12):1475-1481. 2018.

B. T. MacEwen, D. J. MacDonald, J. F. Burr. A systematic review of standing and treadmill desks in the workplace. “Preventive Medicine”, vol.70, pp. 50-58. 2015.

M. Neuhaus , E. G. Eakin, L. Straker,N. Owen, D. W. Dunstan, N. Reid, G. N. Healy, Reducing occupational sedentary time: a systematic review and meta‐analysis of evidence on activit permissive workstations. “Obesity review”, vol 15, issue 10, vol. 15, i. 10. 2014.

Gao L, Flego A, Dunstan DW, Winkler EAH, Healy GN, Eakin EG, Willenberg L, Owen N, LaMontagne AD, Lal A, Wiesner GH, Hadgraft NT, Moodie ML. Economic evaluation of a randomized controlled trial of an intervention to reduce office workers’ sitting time: the “Stand Up Victoria” trial. “Work Environ Health”, 2018;44(5):503-511. 2018.

Fuente: MC MUTUAL